dilluns, 10 de setembre del 2012

La quietud en la meditació


Potser el més obvi i visible en la no-activitat que anomenem meditació sigui la quietud d’aquell qui l’exercita.

Repòs quasi complet del cos i, també, de la dimensió mental. Atenció focalitzada en el present. Silenci.

Què entenem per quietud?

Quietud no és no fer res, sinó que, paradoxalment, es tracta de fer res. L’actitud envers la meditació és, assenyalant aquest matís important i contràriament a allò que podríem pensar d’entrada, molt activa.

És un posicionar-nos per a l’escolta. Escolta atenta del cos, de la ment i de les emocions, escolta d’un mateix i del que ens envolta. Una escolta en el present.

Les primeres vegades que ens asseiem per a aprendre acostumen a ser moments de neguit i, sovint, d’avorriment. Car en un temps com el nostre, en el que estem permanentment colpits per incentius i fites, el fet d’aturar-nos per a descansar, escoltar o perdre el temps pot no estar ben vist pels altres i, fins i tot, en el fons, per a nosaltres mateixos. Normalment el pensament ens truca tot exclamant la inutilitat de la meditació, utilitzant tot un conjunt de pensaments que ens permeten, si més no, distreure’ns mentre meditem. Els hauries que acostumen a envoltar-nos són el millor exemple d’aquestes distraccions.

Però la meditació no és una distracció o una evasió. És un entrenament constant i permanent. L’atenció continuada, la consciència en allò que hi ha. Demanda d’una focalització total, com la del funambulista convertit, ell i el fil que el sosté, en una única presència.

La quietud, per tant, implica un respirar, un posicionar-se corporal, un estar des d’allò emocional i una mirada atenta il·luminant una font interna que, tot i ser una fuga sense control al principi, va apaivagant-se per a transformar-se en un espai des d’on poder experienciar amb un altre pell.

Aquest espai, aquest situar-se davant del món, és la meditació en sí. Un espai, una actitud, una mirada, un respirar, un sentir, una presència que ens permet retrobar-nos amb un ser més pausat, més conscient de què ens amaguen les presses, els pensaments i els dictats del altres.


dimarts, 31 de juliol del 2012

Milagros


Milagro es que los hombres no renuncien a sus valores cuando el sueldo no les alcanza para dar de comer a su familia, milagro es que el amor permanezca y que todavía corran los ríos cuando hemos talado los árboles de la tierra.
                                                                                                                                                                                                                                                                      Ernesto Sábato

dimarts, 24 de juliol del 2012

Compromisos compartidos


Las modas dejaron de poner el compromiso de moda. Palabra feúcha, antigua, como tantas cosas desfasadas… Inevitable, por otra parte, cuando todo vuela en efímero. Y, hoy, duran lo que dura un suspiro, confundido ora con un deseo, ora con una dictadura.

El compromiso es, de entrada, una promesa con uno mismo. En nuestros días, un compromiso por estar, por continuar estando, para no dar un paso atrás, para no cejar. Una promesa de vida, no buscando conquistar metas, no, un compromiso sin esperanza, sin utopía, con desafío, con esfuerzo, con voluntad, con pasión, de nuevo, palabras de ultratumba.

Un compromiso renovado a diario, a veces a cada instante, dejándonos mecer por él, no maltratándonos en la soberbia de un acatamiento a costa de nosotros y de su esencia. Una escucha de su forma constantemente diferente pero presente. Una planta de riego diario.

Y un compromiso no tiene vuelta, ni cambio, ni contra-prestación. Un compromiso no juega al mercadeo habitual. Un compromiso se iza, se enarbola, y los hay, los más altos, que son invisibles, silenciosos y anónimos.

A los compromisos acompañan las lágrimas e ingentes frustraciones. Están hechos para titanes, nosotros somos mujeres y hombres, pero nuestro secreto es ese nosotros que nos vuelve invencibles.

Los compromisos son nuestro barlovento, nuestra fusta de sentidos. No son estáticos, se moldean moldeándonos, maduración constante, en el fondo, de esa última pregunta por responder, de ese reto que afrontar.

El compromiso es el contrapunto de ese egoísmo que manifiesta, tan a las claras, la batalla perdida, nuestra completa alienación, nuestra pérdida de naturaleza social.

Un compromiso es contigo, con el nosotros y, también, con aquello. En los lazos que se hilvanan nace el sentido, la libertad.

Nuestros compromisos, como todo, están hechos para ser compartidos, como esos castillos que apuntan al cielo, en común, una infancia esperanzadora.

Y la tarea más urgente es encontrar, cada uno, el suyo propio. Descubriendo, allá en el fondo, ese compromiso compartido que nos une a todos, esa vida por vivir que, cada uno de nosotros, tenemos por delante, vecinos unos de otros, sí, hermanos.


dissabte, 14 de juliol del 2012

Dar paso al gesto

Un asana es como una puerta. Cuando la puerta está cerrada con llave o, peor, cuando está atrancada, y urge abrirla, no dudaremos en usar la fuerza si la maña es insuficiente. En la práctica del yoga, sin embargo, una se va dando cuenta de que las puertas del cuerpo y de la mente, aunque pudieran parecer tapias, son velos ligeros si los abrimos con amor, paciencia y pericia.

Yo procuro no imponer al cuerpo (no imponerme, pues), sino que le (me) muestro el camino para el gesto que le (me) libera. Al asana hay que darle paso. Prefiero, así, liberar aquello que impide colocarse de otro modo; prefiero retirar energía de todas las fuerzas que, por temor o automatismo, no permiten abrir paso a un nuevo modo de estar.

Cuando doy paso, ya no me esfuerzo egoicamente por el triunfo final, sino que entiendo y comparto mi ritmo interno. Así, como la hierba fresca o el incipiente brote, crezco escuchándome, sintiéndome alineada con el sempiterno y silencioso devenir.

Lila

dissabte, 9 de juny del 2012

Cuando el no sentir es un sentir-de-otro-modo


Me dice una alumna al terminar una sesión "mmm... qué bien se está cuando no sientes nada", refiriéndose al cuerpo. Ya no duele. La comprendo.

Yo diría, sin embargo, que es un sentir sutil o, incluso, tan solo, diferente. Como respirar a través de todo el cuerpo. Respirar el cuerpo. Es energía calma. Potencia en ligereza blanda. Me noto sin resistencia, me exploro integradamente. Sintonizo con el presente en el que soy total.

Cuando ya no me entretengo en el dolor, la incomodidad, la pesadez o el ansioso estar-en-otro-lugar, me muevo en el silencioso gozo en flujo.


Lila

dimarts, 29 de maig del 2012

Ansiedades



A trompicones, a bandazos, con la mirada hacia los lados, hacia dentro, atrás y adelante. El miedo presente. Miedo al síntoma, miedo al inicio, miedo a mí mismo. Miedo al miedo. Culpabilidades. Soledades.

Náuseas, diarreas, mareo, experiencias alejadas y distorsionadas y tantos y tantos indicios… sendas que la preocupación, la atención alarmada, rastrea, recorre y crema.

Dime tú, ¿dónde vas?, ¿qué sientes?, ¿qué notas?, ¿cómo respiras?

El silencio es atronador, la angustia borbotea.

Tiempos crispados que jalean cuerpos, mentes y fármacos, combinando estimulantes y somníferos. Exigiendo eficacia, números y ese estar a la altura ya estratosférico.

Dime tú, ¿dónde vas?

Moliendo muelas, atracando vientres, aspirando hasta la derrota la velocidad de los números, de las imágenes. Buscando esa velocidad no hace mucho llamada progreso, ahora, Angelus Novus.

Dime tú. Hagamos más fácil nuestro decir. En susurros cómplices, tú, yo, quizás ese nosotros perdido, podemos exorcizar el malestar interiorizado, empujado hacia dentro, tragado, impuesto, convirtiendo en plaza, pública, social, una velocidad que no es la nuestra.


Nacho

dijous, 5 d’abril del 2012

Inspiración



Ella quería ser inspiración.
A su alrededor todo era bello. Todos eran arte.

Tanto anhelaba inspirarse que sus pulmones se llenaban y se llenaban... y se llenaban... Su pecho crecía y crecía... y contenía con dificultad. De tanto buscar, de tan inquieta y asustada, andaba tiesa y contenida, la mirada demasiado afuera, demasiado atenta.

Así llegó a creer que eran otros quienes la inspiraban, era el otro quien tenía y no ella, eran luz para poder ver, eran fuego que calentaba. Era tal el brillo ajeno que deslumbraba su misterio.

En aquellos tiempos de ensueño, en ocasiones inspiraba vientos dulces, soleados, vientos calmos. Pero la mar también trae brisas consumidas, locas, brisas pegajosas, cargadas y  rapaces, densas, e incluso brisas de escaparate.

Tanta brisa inspiraba que cien tormentas, mil torbellinos, diez mil relámpagos la sacudieron y el pecho-globo que aguardaba estalló.

La codiciosa inspiración se ablandaba ahora, se entregaba. La temerosa de dar, la acomodada esperante, exhalaba su-ser-así, su-ser-asá.

Exhalaba el reposo, exhalaba el gozo, se exhalaba entera, rica o pobre, verdadera.

Paradojas del sentir, exhalando se inspiró.


Lila

Cuando me desenredo...






Yo salgo cuando me detengo. Cuando no pretendo. Cuando me despojo del narcisismo que me hace creer que tengo que "hacer algo con esto".


Cuando me dejo atravesar... porque no soy más importante que el tiempo...


Lila
(resposta a l'entrada "Enredados": http://cura-sui.blogspot.com.es/2012/03/enredados.html del blog del Nacho Bañeras)

Hay un lugar que no es lugar verdaderamente. Es espacio infinito, vacío en plenitud. Un lugar donde no me subo ni me bajo. Y sonrío. Paraíso en silencio.

Hay un lugar que no es lugar verdaderamente. La mirada es limpia, la piel palpita. Soy sin adjetivos, vida sin dualidad. La máscara se derrite.

¿A qué tengo miedo cuando me defiendo? ¿Qué quisiera ser cuando me apeno? ¿Quién es ese personaje creado? ¿Para qué ahora?

Descanso cuando respiro... y soy sin pretender.


Lila

dimarts, 20 de març del 2012

Diafragmas afectivos


(manual/propuesta de lectura: comodidad, espalda recta, manos en el vientre, respiración levemente más profunda, notando el movimiento de las manos. Inhalar con la primera frase, exhalar con la segunda)


1.  Acoges aire con las manos, en el vientre,
2.  acompañas su salida notando la pesadez de la mandíbula.

1.  Recoges aire, repitiendo, familiarizándote,
2.  sintiendo la pesadez de todo el cuerpo.

1.  Aires de libertad, espacios que se abren,
2.  tiempos que se detienen.

1.  Notando la respiración a su ritmo,
2.  dejando que sea el tuyo.

1.  Nariz, cuello, pecho, vientre,
2.  piernas, hombros, mandíbula.

1.  Alimentas,
2.  relajas.

1.  Recorres senderos de sensaciones,
2.  aflojas goznes que se abren.

1.  Recuerdas fuerzas que afloran,
2.  sonríes deberías que evaporas.

1.  Creces hacia el cielo,
2.  enraízas en la tierra.

1.  Alimentas,
2.  relajas.

1.  Silencios hacia dentro,
2.  entregas que desvaneces.

1.  Movimiento,
2.  quietud.

1.  Corporizando acompasares,
2.  abandonando identidades.

1.  Vientre,
2.  emoción.

1.  Alimentas,
2.  relajas.

1.  Emoción,
2.  vientre.

1.  Aspirando tonalidades,
2.  despidiéndote de palabras.

… frescos albedríos que inicias… diafragmas afectivos.

Nacho